&

One morning you awoke, and the strange sun, and opening your door...



viernes, 5 de marzo de 2010

Gato...

Hay un gato de papel frente a la pantalla de mi computadora, arremetido en las estrechas fisuras prolongadas del módem de la compañía de teléfonos que nos inyecta el Internet, porque hasta ni eso es mío. Un gato con letras de espalda que parece mirarme con los ojos de lápiz que nunca le pegaron... las miradas furtivas de reproche y leche que nunca se sirve. He estado mirándolo de la forma más mentirosa y pesada con música de fondo de radiohead; “just”… solo quería dormir hasta tarde, estaba cansado de estar adolorido. Lo eléctrico de la atmósfera me obligó a matarlo; a verter las letras en su pecho. Él se ha ahogado y me siento arrepentido, ahora quiero que alguien me diga que la culpa no fue mía, sino de él por estar muerto desde que lo conocí.

2 comentarios:

  1. Bueno,

    -los gatos son elegantes...

    ResponderEliminar
  2. te debia esto monopoli:

    Hoy una sinfonía desafinada aún en descomposición. Y una treintena de pianistas brincando. Y bemoles por doquier. Violinistas con guitarras de viento al fondo y aquí cerca las flautas sin agujeros. Acompañados por un coro de cantantes mudos y al tempo de veintitrés baterías sin ritmo. Todos ellos leyendo pentagramas redondos y tocando sostenidos sin sentimientos.

    Y comienza ya el solo de las ocho trompetas de cuerdas sin tensar, que susurran gritando notas aún no inventadas. De tonalidad mayor y en clave de luna. Y luego otro solo. Éste de clarinetes verdes que en cada latigazo te desgarran un pedacito de alma. Redoble de violonchelos para anunciar el final, y siete batutas agitándose que apuntan al suelo pero rozan el cielo.

    Acorde final con armónicos de un millón de instrumentos diferentes. Y se apagan las luces. Todas.

    Y silencio.

    Rose Kavalah.

    ResponderEliminar

porque las antipartículas comentan